Surfing in Swansea (parte I)

El domingo pasado me desperté a las once y media, con el cable completamente cruzado, no podía pasar otro día sin coger una p*** ola. Puse el portátil encima de la cama, tenía que conocer la situación del mar en la península de Gower. En Swansea no hay olas porque esta muy protegido, tal como podéis ver en el mapa de la derecha. Donde más fuerte pega el mar es en la playa de Rhossili, claramente enfocada hacia el Oeste. Sin embargo, los días de mucho golpe se puede surfear en numerosos puntos de la península. Para que os hagáis una idea de las dimensiones, desde la bahía de Swansea, que es dónde estoy yo, hasta Rhossili se tarda media hora en coche. La carretera recuerda bastante a la que une Hendaya con San Juan de Luz, pero con tramos bastante más peligrosos, ya que justo entran dos coches y con calzador.

Fui solo, ya conocía cómo llegar y era algo que realmente me apetecía hacer solo. El trayecto en bus es, en sí mismo, algo para contar. Cogí el bus de la una, nada más subir le pregunté al conductor cuándo era el último bus desde Rhossili. En el bus solo había una pasajera, y de muy buen ver, por lo que el autobusero se tomó muy en serio mi pregunta. Cogió uno de los panfletos con los horarios y empezó a descifrarlo como si de un manuscrito medieval se tratara. A los tres minutos de tener el autobús detenido con sus ojos anclados en la misma página, halló la respuesta: "at twenty to five" y me aconsejó que estuviera 10 minutos antes, puntualidad británica. A todo esto, el último autobús era dos horas más tarde.

El autobús cuesta 3,5 libras, ida y vuelta, merece la pena el viaje sólo por ver las peripecias de los pobres conductores que seguro detestarán ese recorrido. Imaginad, zonas con curvas de doble sentido en las que justo cabe un coche, el chófer dando marcha atrás, más de una vez, para tomar las curvas y coches circulando por la hierba, al borde de desfiladeros, para que el bus pasara. En definitiva, una hora en bus, cuando en coche se tarda la mitad. Y a todo esto, yo solo en el bus, ni un alma, con mi billete no cubrieron ni los gastos en gasolina. El de la vuelta parecía más un bus turístico, paraba en cada uno de los pueblos de la península de Gower, lo gracioso es que nadie subía ni bajaba en esas paradas, dos horas tardé en volver.

No he parado de hablar del recorrido en bus y no he contado nada del surfing, eso será en el próximo post. Os adelanto que alquilé tabla y traje por 15 libras, y un hombre muy simpático me sacó unas cuantas fotos surfeando, que espero me las envíe por mail, para así, terminar de contar mi primera experiencia de surfing fuera del Golfo de Vizcaya y rubricar este auténtico surf trip.

(Fotos: vista del cabo de Rhossili y vista de la playa desde el cabo en un día con olas)