Acabo de llegar a casa, es tarde, cena con vino y amigos. Esta noche me han recordado que no bastaba con poner un nombre original para que se le pudiera llamar blog y me han convencido. Desgraciadamente empieza hoy, 16 de Junio de 2007 a las 2:55, trataré de aburrir lo máximo posible a todo el que me lea y generar polémica hasta que algún huevo arrojado con ira por alguno de mis inexistentes lectores consiga superar siete plantas para alcanzar mi casa. En fin, qué importante soy.

martes, 2 de septiembre de 2008

Son todos unos hijos de puta (y ellas unas zorras)


Otro sábado más, Esther sale a las once de la noche de su casa. Indumentaria estándar: vestido escotado negro que no llega a cubrir completamente sus muslos y maquillaje que cubre completamente sus preciosos rasgos. Se dirige hacia la parte vieja. Vive a unos 10 minutos andando de esa parte de la ciudad, pero prefiere el coche, por eso ha avisado a un amigo para que le acerque, éste no se hace esperar y toca el claxon para llamar la atención entre el ruido de la calle. No es la primera vez que Carlos tiene que llevar a su amiga a la parte vieja, vive en un mundo imaginario en el cree ser algo más que su chófer.

La chica del vestido negro ha llegado demasiado pronto a la parte vieja, la zona de los bares de pintxos está repleta, pero las calles que a ella le interesan todavía no están lo suficientemente abarrotadas como para pasar desapercibida. Lo tiene todo controlado, tiene el tiempo justo para dejarse ver mientras toma un helado en el Boulevard. A Esther le encanta que le observen comiendo, le resulta excitante, conoce de su propio atracitvo. Al terminar con su gélido momento de placer se dirige hacia su bar, el de siempre, todavía no hay nadie, no hay problema, nunca le ha importado explorar otros territorios.

Al otro lado de la calle ve un local que tiene muy buena pinta, está petado de chicos y ninguna de las chicas sería capaz de camuflar el pestilente atractivo de la mujer de negro. Nada más entrar va a al baño que se encuentra al fondo, al llegar se da cuenta de que ese bar no era desconocido para ella, el sexo en un baño tan apestoso es difícil de olvidar. Nada más salir se dirige hacia su primera presa: moreno no demasiado alto, de su edad o algo más joven, no está mal, pero tampoco lo suficientemente bien como para acabar con él esa noche.

-¡Hola! ¿Qué bebes?-nunca le ha costado tomar la iniciativa, no le parece atrevido hacerlo-

-Ron-otra saca copas, pero bueno no está nada mal, piensa el moreno-

-Me llamo Esther- ha sonado demasiado risueña y necesitrada para no querer nada más que una copa- ¿me das un poco de eso?

-Un trago por un beso

-¡Vale!-dice sonriente-, pero primero me tendrás que decir tu nombre...-la proposición le ha cogido desprevenida, es muy pronto para es tipo de cosas-

-Me llamo Mario-contesta él rotundo-

-¡Encantada! -mientras le da dos besos- Bueno, ¿entonces me...?-señalando la copa-

-Claro, pero ya sabes me tendrás que dar un beso antes -acabar la noche con ella es lo mejor que me puede pasar, piensa él-. Esther, presa de su propia sensualidad, besa con erotismo la mejilla del joven.

-Oye, oye- dice Mario despacio todavía absorto por la carnosidad de boca de la chica- tiene que ser en los labios.

-No, no habíamos quedado en nada de eso- contesta con la sensación de haber dado un buen beso-. El chico le ofrece su bebida, pero no sin antes decirle que no se pase, es evidente que al joven no le sobra el dinero para esta noche. Ella traga más de la cuenta y se la devuelve a regañadientes no sin antes llamarle borde.

La atractiva sacacopas deja al chico y se dirige hacia al otro lado de la barra buscando caza, pero que esta vez sea lo suficientemente idiota para poder pedirle una copa sin tener que darle ni un beso.

-¿Hola? ¿sueles venir mucho por aquí?-ríe irresistible-

-No que va, es que soy de fuera -no se esperaba una chica tan directa-

-Ah, ¿sí? ¿de dónde? -le viene genial, piensa ella, así por lo menos podrá preguntar cosas sobre su origen mientras se bebe su dinero-

-Soy de Burgos- le contesta-

-Yo me llamo Esther -dice mientras le da dos besos-

-Yo soy Juan-ésta quiere tema fijo-

-¿Qué bebes?-a ver si me emborracho de una vez-

-Alcohol.-ríe, aparentemete imbécil-

-Ya.., ¿pero qué exactamente?-me toma por tonta-

-¿Por qué quieres saberlo?-sólo le interesa mi copa, será zorra, piensa Juan- Es Ginebra

con limón.

-Es que estoy seca, tengo mucha sed.

-Yo se como solucionarle, pero en privado.-ríe, pero de nerviosismo-

-Oye! no te pases, anda dame de beber...-se está pasando de listo, otra más de esas y me largo, el bar está repleto de tíos deseosos de estar conmigo, piensa la donostiarra-

-¿Por qué? ¿para qué?-va de lista, piensa el burgales totalmente disgustado-

-Porque te lo pido por favor, dame, anda... Y te hago compañía, un rato.-se da cuenta enseguida de que eso no ha sonado muy bien-

-Para eso están las putas, que además follan fijo.-me he pasado, espero que no se vaya, piensa él-

-¡Pero tú de que vas! Venga dame un trago y me voy.-jugando su última baza para conseguir su ansiado tesoro-

-¡Toma! ¡Toma!!-dice enfadado-

-Gracias! Ya me voy, te has portado un poco mal.-En ese momento Juan que es de Burgos y no está acostumbrado a ese tipo de actitud le agarra del brazo-.

-Espera! Te invito a una copa-ésta no se va de rositas-¿Qué quieres?

-¡Vale! Me da igual.-por fin-

-¿Qué pasa que bebes de todo?

-Casi de todo-ríe-

-Tienes cara de gustarte la leche-dice mientras teme reírse tanto por fuera, como lo está haciendo por dentro-

-¿Por?-qué me cuenta este tío-

-Tienes pinta.-casi incapaz de aguantarse la risa-

-Sí que me gusta, pero como a todo el mundo.-que tío más raro-

-Lo decía porque me dedico a eso, trabajo en una industria láctea propiedad de mi padre. Leches Fa. ¿La conoces? -la empresa es bastante conocida en Castilla, pero duda que la puedan conocer aquí-

-No. Y eso que estudio empresariales, no me estarás engañando, no me estarás engañando, ¿verdad? -Esther ya comienza a oler la pasta del paleto-

(En medio del bullicio)

JUAN: ¡Oye me pones dos Ginebras con limón!

CAMARERO: ¡Va!

Mientras tanto Juan agarra de la cintura a Esther y se acerca a ella violentamente.

-Oye.. No te pases.-pero que bestia, todavía no esta segura de si le ha gustado eso o no-

-Dame un beso-tiene que caer fijo, piensa él-Esther le da un beso en la mejilla y Juan sigue sin soltarla.

-En la boca...-dice suavemente, mientras piensa: me está tomando el pelo y acerca su boca a la de ella- Esther le da un beso en la boca y mientras tanto Juan le agarra la mano izquierda y se la acerca a su bragueta.

-Me estás poniendo malísimo -dice excitado Juan-

-¡Para! -entre atemorizada y excitada-

(el camarero vuelve con las copas)

JUAN: ¿Cuánto es?

CAMARERO: Son 12 €

-Toma -le dice Juan ofreciendole la copa deseoso de emborracharle- Te has dejado invitar a una copa, no es tan raro que te quiera besar y demás, yo te estoy pagando la noche -jode eso ha sonado un poco mal, piensa inquieto Juan-

-Pero que no soy ninguna puta -no le ha gustado nada-

-Todo el mundo está en venta -ya me da igual lo que pueda pasar-

-¡Yo, no!-contesta ella enfadadísima mientras se sube el escote con la mano derecha-

-Te doy 200 € si después de esta copa me acompañas al coche –siempre creyó que nunca sería capaz de decir algo así a una chica-

-¿Para qué? -molesta, pero a la vez algo intrigada, es una cantidad considerable-

-No te voy a hacer nada, lo tengo en el parking del Boulevard, aquí al lado.

-Me voy a dar una vuela y me lo pienso.

Juan no se mueve del sitio, se ha quedado sólo, su amigo el donostiarra que le había invitado se había ido a casa a la vista del panorama, no pierde nada por esperarla un rato. Justo en el momento en el que está dando el último trago a su copa se acerca Esther por detrás.

-¿Sigue en pie tu oferta?-pregunta Esther al oído de Juan-

-Claro -200€ no es tanto, piensa y ríe por dentro, mientras sonríe por fuera-¡Vamos!-le dice feliz-

Tras un paseo de pocas palabras, Esther comienza a angustiarse por recibir tanto dinero por una tarea tan sencilla y decide agarrarle de la mano para ganar honradamente sus 200€. Entran al parking, bajan las escaleras y tras un largo pasillo, por fin llegan al coche, un bonito Mercedes CLK color rojo intenso.

-¿Éste es tu coche? !Es precioso! -ya no es que huela su dinero sino que lo puede saborear-

-¿Te gusta? -ríe, seguro de que le ha sorprendido-

-¡Me encanta! -me está empezando a gustar este chico, piensa ella-

Juan abre el coche y directamente, se sienta en el asiento del conductor, mientras, ella sigue ensimismada con la figura del vehículo. Juan baja la ventanilla y se dirige a la chica.
-¿Quieres el dinero?-vaya pregunta más idiota, podría ser menos explícito, piensa él-

-No te voy a decir, que no.-algo avergonzada-

-¿Te puedo ofrecer otra cosa? -continua Juan con sus preguntas-

-Yo quiero el dinero.-seguro que ahora quiere follar o algo así-

-Te doy 100€ más si entras dentro-vaya forma de perder el dinero, nada más ver la cara de la chica se da cuenta de que le tendría que haber ofrecido menos o nada-

-¿Sólo por entrar? Te lo iba a pedir yo-genial, le encanta perder el dinero, piensa ella-

-Bueno, ya ves, soy algo idiota-soy un verdadero idiota, piensa él-

-Me puedes dar el dinero antes de entrar.-se lo pide aunque confía que no va a ser engañada-

Juan le entrega 300 € que saca de un sobre que guarda en la guantera y abre la puerta del copiloto. Esther ahora ya más relajada entra en el coche y se dirige a Juan.

-Joder, pues esto no me había pasado nunca... Se me hace muy raro. -dice mientras se acomoda en el interior-

Juan comienza a ponerse nervioso, sin embargo, Esther sigue ensimismada observando los detalles del interior del coche tapizado en cuero y con acabados en madera.

-Te doy 100€ más si me comes la polla -dice Juan a vote pronto-

-¡No te confundas! ¡No soy ninguna puta!-es idiota, no tiene ni idea de tratar a una mujer-

-Pero si llevo toda la noche comprándote. Acabo de perder 300€, no tengo otra opción más que ofrecerte un poco más para tener sexo.

-Yo también quiero sexo -dice ella mientras se acerca al cuello del chico y le besa- Pero paciencia, no has oído hablar del precalentamiento-le susurra al oído.

FIN

1 comentario:

alguien dijo...

oye, pues aunque nadie comente a mí me gustó :)